¿Qué si me acuerdo de cuando venía aquí con mis amigos?, era rara la ocasión, pero mi cuerpo entero se hinchaba de júbilo al pasar los ratos con ellos, día a día forjaba mi identidad, en el asfalto, en los árboles, ahora todo parece un sueño difuso al que me aferro, ajeno, pero inconfundible mente mío.
Tal vez mi
miedo a escribir sea no ser capaz de recordar, siento que poco a poco los voy perdiendo, son los únicos que ven mi centro, la persona que construí. Los adultos creen que mi mal es uno bien conocido, repetitivo, me categorizan junto a otros con un comportamiento errático, una necesidad
de libertad, demeritan nuestras preocupaciones, los problemas, las emociones, como adultos tienden a mantener nuestro verdadero significado
encerrado en sus propias paredes, entonces nuestro sentido se marchita, la perspectiva
se ajusta a su visión, dejamos de hablar porque no nos escuchan.
Camino por
donde caminó otro, un chico despreocupado, uno que tenía claro el sentido de
sus días, una vida con metas, un plan y gente con quien compartir su futuro; tomé un riesgo al cambiar ese plan, volé lejos de mi hogar porque quería tomar
las oportunidades, dejar las cosas ir, pero sigo aferrado a mi pasado justo por donde
se escapa mi presente; estás falsas promesas bienaventuradas que me hago a mí
mismo son placebos para la agonía en mi indecisión, estoy en donde siempre
quise y me siento perdido.
Sé que la
lucha por mi felicidad no es ciega. Siempre sabemos en lo más profundo que
debemos hacer para recuperarla. Aunque no sé quién soy sí sé por qué escribo,
para aclararme, calmar la ansiedad en el corazón, consolar el alma, confesar a papel la asfixia de mi mente y darle voz a esta realidad; aceptar, hallar paz, un
sentido en mi pesar. Pero sobre todas las cosas, yo escribo para anclar mi presente, solo así torno mi arte en una verdad.
Por fin he
regresado, cuando cruce esa puerta descubriré si sus vidas y la mía siguen
conectadas, si el tiempo y la distancia no dejaron solo a este pobre
desgraciado que ya no sabe ser el mismo, pues su nuevo yo ya no es el que conocieron.
Cansado de revivir por fin lo entiendo, soy más que uno, soy muchos, soy la realidad, una perspectiva que moldeo y construyo; hoy interactúo con mi creación, hoy me pierdo entre los demás.
-Chipawa.